HOMILÍA FIESTA DE
LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR, 2 DE FEBRERO DE 2012
“… llevaron
al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor…” El que habita en el
Templo por la primera Alianza y por la Ley, es introducido en el Templo por la
definitiva y Nueva Alianza. Y ahora habita este Templo que es Él mismo en su
cuerpo histórico, Jesús.
“…
todo varón primogénito será consagrado al Señor…” Jesús es el
primogénito que entra a la Casa de su Padre. Entra para ser consagrado al
Señor, su Padre, pero entra y consagra con su presencia de Hijo Único, la Casa
de su Padre, en la permanece eternamente. Y al ser consagrado, se ofrece en su
nombre la ofrenda agradable al Padre, la de los pobres: “…un par de tórtolas o dos
pichones…” ¡Que te daremos si todo es tuyo!
Con
su presencia en esta primera entrada al Templo, lo purifica, que en su segunda
entrada, 12 años después, purificará con la proclamación de su vocación de Hijo
del Padre: “¿No sabían que yo debía estar en la casa de mi Padre?”. Y al
final de su vida pública y comienzo de su pasión, purificará con su celo la
Casa de su Padre, que de casa de oración estaba siendo utilizada como “cueva de
ladrones”. Y declarará definitiva y públicamente su Cuerpo como el Nuevo y
definitivo Templo del Padre, porque “…Cristo, al entrar en el mundo, dijo: Tú no has
querido sacrificio ni oblación; en cambio, me has dado un cuerpo… Entonces
dije: Aquí estoy, yo vengo… para hacer, Dios, tu voluntad…” Hb 10, 5.7 y “El
es el Sumo Sacerdote que necesitábamos: santo, inocente, sin mancha, separado
de los pecadores y elevado por encima del cielo. El no tiene necesidad… de
ofrecer sacrificios cada día, …lo hizo de una vez para siempre, ofreciéndose a
sí mismo…” Hb 7, 26-27. Por eso ya no podrá ser profanado porque
atacado por los hombres y por la muerte, el Padre lo resucitará.
“…luz
para iluminar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel”. La luz de
la salvación entra en el Templo para irradiar desde el corazón de Jerusalén a
todas las ciudades del mundo hasta hoy y por siempre.
El
cuerpo de Jesús presentado hoy, el cuerpo de Jesús consagrado hoy, el cuerpo de
Jesús entregado desde sus propias manos en la Última Cena y consumado en la
cruz y en la resurrección, es el que vive hoy en la Eucaristía, Pan de Luz, Pan
consagrado, Pan ofrecido, como Pan de Vida. La sangre de la contradicción se
hace en la Eucaristía, Sangre bebida de salvación, Sangre bebida de Comunión.
Ha
llegado la consolación, como Simeón y Ana, podemos estar en paz, podemos vivir
en paz, podemos partir en paz, porque el Salvador está entre nosotros, está con
nosotros, está en nosotros. ¡Vengan adoremos al Señor, Salvador nuestro”.
Porque “Esta salvación, anunciada en primer lugar por el Señor, nos fue luego
confirmada por todos aquellos que la habían oído anunciar, mientras Dios
añadía su testimonio con signos y prodigios, con toda clase de milagros y con
los dones del Espíritu Santo, distribuidos según su voluntad… Convenía, en
efecto, que aquel por quien y para quien existen todas las cosas, a fin de
llevar a la gloria a un gran número de hijos, perfeccionara, por medio del
sufrimiento, al jefe que los conduciría a la salvación… En consecuencia, debió
hacerse semejante en todo a sus hermanos, para llegar a ser un Sumo Sacerdote
misericordioso y fiel en el servicio de Dios, a fin de expiar los pecados del
pueblo… Porque no tenemos un Sumo Sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras
debilidades; al contrario él fue sometido a las mismas pruebas que nosotros, a
excepción del pecado. Vayamos, entonces, confiadamente al trono de la gracia, a
fin de obtener misericordia y alcanzar la gracia de un auxilio oportuno. Hb 2,
3-4.10.17.4, 15-16. Y “…Dios hizo al pueblo este reproche: Llegarán los días -dice el Señor-
en que haré una Nueva Alianza con la casa de Israel y la casa de Judá… Y ésta
es la Alianza que estableceré con la casa de Israel después de aquellos días
-dice el Señor- : Pondré mis leyes en su conciencia, las grabaré en su corazón;
yo seré su Dios y ellos serán mi Pueblo…” Hb 8, 8-10
P.
Sergio Pablo Beliera
No hay comentarios:
Publicar un comentario
"Solo lo que construye merece ser dicho y escrito"